

En esta ceremonia, hubo una especial presentación del Instituto de Estudios Sefaradíes, que destaco por el discurso pronunciado por una de sus más antiguas fundadoras, la señora Raquel Gateño Palombo, quien además fue reconocida y premiada por tal destacada dedicación a este objetivo.
En su discurso dijo…
“A la ocasión de este acto de recordación del Edicto De Granada, expongo que, de los diferentes grupos étnicos que componen el judaísmo, el de los sefarditas representa uno de los más característicos.
La presencia judía en España puede datarse desde el periodo romano y tal vez antes en las incursiones Fenicias en tiempo del Rey Salomón, según relatos de la Biblia.
Vivieron 1500 años en España. Tuvieron una Edad de Oro, durante la dominación musulmana, gravitaron poderosamente en la política y en la economía.
La palabra "SEFARAD”, se encuentra en la Torah, Biblia hebrea y todo indica que se traduce como España y sefaradí como Español.
Por siglos se convirtió en “La Patria”, donde surgieron grandes joyas de la cultura judía. Un lugar en que su presencia era “Respetada”.
1492: Fecha del “Edicto de Expulsión “y en el mismo año, el Descubrimiento de América”- Inicio del éxodo de estos Judíos españoles que se prolongó por más de 500 años. Conservaron sus propias tradiciones, y por 200 años y más, el idioma español, la vieja lengua castellana común, hablada y escrita, que sirvió de nexo entre las diferentes comunidades dispersas en Europa, los Balcanes, Turquía, Israel.
Por eso podemos denominar “Sefaradíes”, a los descendientes de aquellos judíos españoles que vivieron en la Península Ibérica hasta fines del Siglo X, conservando su idioma, su fe, tradiciones literarias, conocimientos científicos, música y folklor, sus romances y costumbres.
La influencia sefaradí se silenció durante siglos. Gracias a la preocupación de un Senador Vitalicio, el Dr. Ángel Pulido Fernández, que tomó contacto con los expulsados y logro ilustrar al mundo, acerca de las comunidades hispano- hebreas de Esmirna, Rodas, Salónica y Constantinopla.
El mundo Judeo- Español, en la diáspora, recoge en su cultura, especialmente en lo musical, variadas influencias, conservando como fundamento las melodías y la lengua española.
Hay un fuerte sentimiento hispánico en esas Romanzas Sefaradíes, conservado, por más de 5 siglos.
“EL ROMANCERO”, se compone de una serie de canciones en castellano antiguo y Djudezmo, que los expulsados llevaron consigo. Posee una rica tradición, cuyo origen es la Lírica Medieval Española. Este Romancero, en la época de la expulsión estaba en pleno apogeo.
“Las Romanzas”, fueron llevadas por los Marranos de España a Salónica (Grecia), que se constituyó en un lugar de refugio principal en los dos siglos posteriores a la expulsión.
Todos los pueblos han cantado al amor y a la vida, y el Sefaradí lo ha hecho en la vieja lengua castellana, salpicada a veces de palabras y giros de otras culturas que han influido en su historia. Los cantes Judeo - españoles han sido rescatados a principios del siglo XX por musicólogos como: Alberto Hemsi, Moshe Attias, Isaac Levy entre otros, tanto en los países Balcánicos, como también en Turquía e Israel.
Estas “Kanticas, tan representativas de estas tradiciones, ofrecerá en esta noche de conmemoración, el grupo folklorico Djudeo- Espagnol de esta, nuestra comunidad Sefaradí de Santiago de Chile.
El “grupo Folklorico Sefarad” tiene como principal preocupación el permanente rescate de la cultura Djudeo – espagnola, en especial del “Romancero” ya antes mencionado.
Al oir las Kanticas, de un amplio repertorio, el público asistente podrá ver traslucirse en algunas de ellas, la capacidad resiliente de nuestro pueblo, como también en otras visualizar las expresiones de amor a una doncella, o la alegría por un matrimonio o nacimiento de un hijo o hija. Melodías que los sefaradíes llevaron en el corazón tan arraigadas y que no dejaron nunca de cantar incluso, durante los años del exilio.
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