Queridos amigos, que alegría más grande. Por fi n, un embajador de Israel ante la ONU, se para frente a todos y les dice nuestra verdad, sin disimulos ni frases rebuscadas, simplemente lo que para nosotros en NUESTRA VERDAD.
El Embajador de Israel ante la ONU, Ron Prosor, desenmascaró a este organismo internacional, sin lugar a dudas, el más hipócrita y desvergonzado que sea posible imaginar, haciéndoles ver como, permanentemente, han actuado con un doble estándar, realmente vergonzoso. En palabras claras y directas, les hizo ver como ha sido su norma criticar y condenar a Israel, pretendiendo negarle todos los derechos y prerrogativas que al resto de las 193 naciones integrantes, se les permite y respalda plenamente.
Es posible que algunos piensen que un diplomático no puede o no debe hablar con tanta franqueza, yo les pregunto ¿Qué sacó Israel con ser tan diplomático y ponderado durante los 66 años de vida pujante y sufrida que ha debido soportar desde ese maravilloso 14 de Mayo de 1948?
Ha sido norma permanente de la ONU y todos sus organismos dependientes, especialmente los que se supone están encargados de defender los Derechos Humanos, condenar a Israel incluso antes de saber de que se trata, cuales son las motivaciones y, mucho menos, quien es realmente el culpable.
Hemos visto en forma reiterada, que estos organismos internacionales, condenan con el máximo de sus energías, todo atentado terrorista en contra de civiles, los cuales, se han incrementado de una forma alarmante y que nos debiera llevar a profundas refl exiones y estudios, en busca de una solución, que en la práctica, se ve cada día más lejana.
Para mi y se comprende que puedo estar equivocado, esto se seguirá incrementando, mientras estas mismas naciones, con los mismos personajes, continúe respaldando a Hamás y en general, a terroristas islamistas, cuando dichos atentados, van dirigidos en contra de israelíes. Resulta lógico que estos terroristas, carentes de moral, piedad, racionalidad y en general, de conceptos de bondad, no puedan comprender por que se les aplaude, defi ende y justifi ca, cuando sus deleznables atentados van dirigidos en contra de judíos y se les pretenda condenar cuando las víctimas son otros, especialmente, si ellos son norteamericanos o europeos.
Ha llegado a tal grado la impudicia de estos organismos internacionales, que hemos visto como más de 220 mil sirios asesinados, no es motivo para una intervención efectiva. Como, el asesinato de miles de cristianos en países musulmanes, no causa mayor inquietud, hasta que el Papa Francisco, va a Turquía y ahí recién, se acuerda de condenar dichas matanzas, espantosas y sin disculpa real posible.
Dentro del magnífi co discurso de Prosor, destaco la mención indesmentible de cómo el mundo miró indiferente, el atroz ataque árabe en contra de Israel, en la guerra de Iom Kipur y, salvo EEUU, nadie reaccionó ni se movió para ir en ayuda del agredido tan vilmente, por tratarse de Israel. Incluso, como difi cultaron tanto como les fue posible, la ayuda que los americanos enviaron, sabiendo que la supervivencia del Estado agredido, dependía directamente de la prontitud con que llegara los suministros bélicos.
Es posible que muchos de los delegados de las naciones involucradas, se hayan retirado de la sala, mientras hablaba Prosor y, si se quedaron, no le presten mayor atención a lo dicho en ese momento y lugar. Eso, pasa a ser secundario. Es igual a mis llamados a escribir a El Mercurio o a quien quiera que en Chile tergiverse las noticias y comentarios relacionados al confl icto israelo-palestino. Nuestras intervenciones, nunca serán publicadas, pero los medios de difusión que no dudan en mentir sobre estas noticias tendrán que comprender que, detrás de cada mentira, vendrá nuestra reacción y eso, sin lugar a dudas, tiene su efecto positivo, ya que al menos por un tiempo, sus entregas no serán tan absolutamente distorsionadas.
El gobierno de Chile, en estos últimos tiempos, ha respaldado como nunca, los actos terroristas en contra de Israel. Veremos como seguirá actuando ahora, cuando es Chile el que está sufriendo bombazos y otros actos terroristas, que si no son atajados con fi rmeza y determinación, sin pretender cambiarle el nombre a lo que es, en defi nitiva, un atentado terrorista, se transformará en una ola imparable, con daños irreparables.
BIEN POR ISRAEL. BIEN POR SU GOBIERNO. BIEN POR SU EMBAJADOR.
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